El concejal de Deportes, Jorge Bustos, visitó esta mañana el circuito municipal Jorge Prado, que estos días acoge el campamento de motocross del club madrileño 8.14 Army. En esta edición participan alrededor de 70 niños y niñas procedentes de hasta siete comunidades autónomas, en un evento que, por segundo año consecutivo, ha elegido las instalaciones lucenses como sede. Bustos, que asistió a los entrenamientos matinales, destacó que “iniciativas como esta non só serven para promover o motocrós senón tamén para dar o coñecer a cidade de Lugo e tamén este circuíto municipal, demostrando porque é un dos mellores non só de España senón de fóra do país”.
Por su parte, el responsable del club organizador, Julio López, subrayó que “es el segundo año que venimos a Lugo después de estar en otros circuitos nacionales, y éste es un privilegio. Es el mejor circuito que hay en España”. Además de perfeccionar su técnica en diferentes tramos del Jorge Prado, para la mayoría de los participantes este campamento es también una preparación para el Campeonato de España de Motocross Junior, que se celebrará en estas instalaciones los días 20 y 21 de septiembre en las categorías de 50, 65 y 85 centímetros cúbicos.
El Concello de Lugo colabora con el desarrollo del campamento aportando infraestructuras, especialmente en la zona de paddock, donde se han instalado buena parte de las caravanas en las que viajan las familias. Otros padres y madres han optado por alojarse en la ciudad y aprovechar para conocerla.
Otra pieza clave en la organización es el club Motopark, encargado del mantenimiento del circuito y de poner a punto las instalaciones para el correcto desarrollo del evento, que este año reúne a niños y niñas de entre 4 y 13 años.
Desde el pasado 8 de agosto y hasta mañana, último día del campamento, los jóvenes pilotos han entrenado en diferentes recorridos adaptados a la cilindrada de sus motos. Tras cinco horas diarias de trabajo en pista, las tardes se han dedicado a actividades complementarias, como visitas al parque de ocio Lucus Aventur, en Ombreiro, o la observación de la lluvia de estrellas en la parroquia de Teixeiro, un entorno privilegiado para despedir la jornada.
