Finca Casa Barbeiro: la quesería que une corazón, tradición e innovación
El Grupo Casa Barbeiro, con una trayectoria consolidada en el sector agroganadero gallego, acaba de inaugurar Finca Casa Barbeiro, una quesería artesanal situada en Lagoa, en el municipio de Alfoz, que el grupo presenta como «una apuesta por la calidad, el territorio y el trabajo bien hecho».
Según explican desde la empresa, el proyecto se ha desarrollado durante años con la intención de ofrecer elaboraciones con identidad, origen y calidad reconocible. «Finca Casa Barbeiro nace del deseo de poner en valor el producto local y de ofrecer lo mejor de nuestras granjas», señalan.
Bienestar animal y respeto por el entorno
El grupo subraya que el respeto por los animales y por el medio rural es «uno de los pilares fundamentales» del proyecto. Las vacas lecheras, explican, se crían en un entorno natural, con manejo libre de estrés y alimentación equilibrada basada en forrajes de producción propia. Las instalaciones, añaden, están diseñadas «para maximizar la comodidad de los animales y permitir comportamientos naturales que favorecen su bienestar».
«El bienestar de nuestros animales no es solo una elección ética, es una filosofía de trabajo que garantiza un queso con alma», afirma Juanjo Fraga, responsable ganadero del grupo. «El objetivo es hacer quesos con los medios técnicos actuales, pero respetando siempre el origen».
La experiencia de José Luis Martín
El proyecto cuenta con la colaboración del maestro afinador José Luis Martín Martín, reconocido profesional del sector lácteo con amplia trayectoria en la selección y maduración de quesos artesanos. Martín, que participa como asesor técnico, aporta su conocimiento sobre los procesos de afinación y sobre las cualidades organolépticas del producto final.
Desde el grupo destacan su implicación: «Su experiencia y su sensibilidad hacia la autenticidad del queso son un valor añadido para esta etapa de arranque de la quesería».
Elaboración artesanal y producción limitada
En Finca Casa Barbeiro, la elaboración se plantea como «un trabajo diario, hecho a mano, con dedicación y respeto por el producto». Cada queso, según explican, procede de un lote de vacas seleccionado y se trabaja de forma artesanal, siguiendo métodos tradicionales.
Una vez elaborado, el queso pasa a cámara de maduración, donde permanece en condiciones controladas de temperatura y humedad. A lo largo de ese proceso —que puede extenderse durante semanas o meses, según la variedad— se definen la textura, el aroma y el sabor. Las piezas se voltean regularmente para asegurar una maduración uniforme y, en algunos casos, se cepillan o se tratan con salmuera o aceite, lo que confiere personalidad a la corteza.
Desde la empresa señalan que los quesos «destacarán por su textura cremosa, sabor equilibrado y corteza natural, con notas lácticas y un fondo vegetal que recuerda al pasto de A Mariña». Definen su producto como «un queso que emocionará a quienes buscan sabores auténticos y el origen de lo que consumen».
Apuesta por el rural gallego
El grupo presenta Finca Casa Barbeiro como «un paso hacia un modelo agroganadero más ético, sostenible y consciente, donde el bienestar animal, la tecnología y la calidad gastronómica vayan de la mano».
Según sus responsables, el proyecto también persigue dinamizar el entorno rural, crear empleo de calidad, establecer colaboraciones con productores locales y desarrollar acciones de formación continua. En una segunda fase, la firma prevé abrir la quesería a visitas guiadas para acercar al público el proceso de elaboración artesanal.
Con sede en Lagoa (Alfoz), Finca Casa Barbeiro se presenta, en palabras de sus promotores, como «la quesería que une corazón, tradición e innovación». Desde el grupo aseguran que cada pieza «habla de Galicia, de su tierra y de su gente», y que el proyecto quiere poner en el mapa «el saber hacer de A Mariña y del Valle de Ouro».