Rubén Arroxo, teniente de alcalde de Lugo, acompañado por representantes de los colegios de arquitectos técnicos y del Consello Galego de Accesibilidade, presentó los resultados del estudio piloto realizado en 22 edificios públicos de la ciudad. Arroxo explicó que se trata de una iniciativa promovida por el colectivo profesional y señaló que «estamos orgullosos de que Lugo fose a primeira parada deste plan piloto». También destacó que el informe recoge las deficiencias detectadas y «posibles solucións, moitas veces cuestións moi pequenas e facilmente realizables», subrayando que «a accesibilidade é algo no que sempre hai que estar traballando».
El estudio establece un sistema de catalogación con cuatro etiquetas: blanca, verde, amarilla y roja. Aunque ningún edificio alcanzó la etiqueta blanca, se plantean pequeñas modificaciones para avanzar hacia ese nivel. Obtuvo la etiqueta verde el auditorio Fuxan os Ventos y la piscina municipal de Frigsa; mientras que la etiqueta amarilla se asignó a espacios que permiten un uso parcial, como el Centro de Servizos Municipais, el Vello Cárcere, la Casa do Concello, el Museo Provincial o varios centros sociales. La etiqueta roja, que agrupa edificios con deficiencias significativas, incluye la Oficina Municipal de Turismo, la Casa dos Mosaicos, Porta Miñá, el Centro Arqueolóxico de San Roque, el cementerio municipal y diversos centros de convivencia.
Durante la presentación, el técnico Pablo González, usuario de silla de ruedas y participante en la auditoría, afirmó que Lugo «é unha cidade bastante cómoda, que obviamente sempre ten puntos de mellora, pero levamos unha grata imaxe polo momento». El Consello Galego de Accesibilidade avanzó que continuará estas auditorías en otras ciudades gallegas, como Pontevedra y Vigo, y prevé desarrollar en fases posteriores una aplicación para que las personas con movilidad reducida puedan consultar de antemano el nivel de accesibilidad de los edificios.