¿A dónde se van de vacaciones los lucenses?

Vista aérea de Foz. Fotografía de Pablo Cid.

A Mariña, Rías Baixas y Ferrolterra concentran buena parte del turismo lucense. Naturaleza, costa y cercanía marcan la elección, aunque no faltan escapadas a otros rincones de la península, las islas o el extranjero

 

Los destinos de A Mariña lucense siguen siendo los más frecuentes para los veraneantes lucenses. Barreiros destaca por su entorno natural, su oferta de alojamientos familiares y sus playas abiertas al Cantábrico, como Remior, Fontela, San Bartolo o Lóngara.

Muy cerca, Foz combina vida marinera, turismo tranquilo y una gastronomía muy valorada. La playa de A Rapadoira y el paseo junto al puerto son símbolos del verano para muchos. “Llevamos más de treinta años viniendo aquí. Es como nuestra segunda casa”, comenta Carmen López, de Lugo, que cada julio se traslada con su familia a Foz.

Además, rutas como el Camino Natural del Cantábrico, que conecta ambas localidades, permiten a los veraneantes combinar descanso y senderismo.

Más al sur, en las Rías Baixas, Portonovo sigue siendo un destino fijo para muchos lucenses, especialmente jóvenes y familias con adolescentes. Las playas de Baltar, Canelas o Caneliñas, junto a una amplia oferta de ocio nocturno, lo convierten en una opción habitual para quienes buscan más ambiente. La proximidad con Sanxenxo y otras localidades costeras, como Combarro, O Grove o Vilagarcía de Arousa, permite hacer escapadas dentro del propio destino. Además, durante el mes de agosto se celebran numerosas fiestas patronales que atraen visitantes de toda Galicia.

La zona de Ferrol ha ganado peso entre quienes prefieren unas vacaciones menos concurridas, sin renunciar a la playa. Las playas de Doniños, Cobas o San Xurxo ofrecen arenales amplios y naturaleza.

A esto se suma el interés cultural que despiertan el arsenal militar, el Museo Naval o las rutas de arquitectura defensiva. “Nos gusta porque es tranquilo, se come bien y hay mucho que ver”, explica Roberto Méndez, vecino de Lugo.

Aunque la mayoría de los lucenses siguen eligiendo destinos gallegos, cada vez es más habitual combinar esas estancias con escapadas a otros puntos de la península, las islas o el extranjero. Los vuelos desde Santiago, A Coruña o Asturias facilitan viajes cortos a Madrid, Barcelona, Sevilla o Bilbao, y también a destinos vacacionales como Tenerife, Mallorca o Menorca.

Además, no son pocos los que aprovechan el verano para salir fuera de España, con estancias en Portugal, Francia, Italia o Reino Unido, entre los más habituales. “Vamos quince días a Portonovo, como siempre, y luego cuatro a Roma”, resume un patrón cada vez más extendido.

Lo que no cambia es la importancia de la tradición. Para muchos lucenses, el verano sigue estando unido a los lugares donde veranearon sus padres o sus abuelos. Pero eso no impide que, año tras año, la curiosidad y las buenas conexiones fomenten nuevas formas de viajar.

Barreiros, Foz, Portonovo o Ferrolterra resisten como los pilares del verano lucense. Lugares donde el tiempo pasa más despacio, el mar está cerca y el sabor sigue siendo el de siempre.