Agentes de la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Nacional, han desarticulado una organización criminal que operaba en las provincias de Lugo y Ourense dedicada a la estafa en la compraventa de vehículos de segunda mano. La operación, denominada “Ruvenalba-Friedri”, se ha saldado con la detención de cuatro personas, entre ellas uno de los coordinadores de la red.
La trama criminal anunciaba turismos y furgonetas a precios muy por debajo del valor de mercado y con el kilometraje manipulado a la baja. Una vez que las víctimas contactaban, los estafadores exigían transferencias bancarias, pagos en efectivo (incluso superiores a lo permitido por ley) u objetos de valor como reserva del vehículo.
Para llevar a cabo sus operaciones, alquilaban locales y naves industriales en Lugo y Ourense que abandonaban tras no pagar las cuotas de alquiler. Los delincuentes operaban las 24 horas a través de cuatro líneas telefónicas nacionales e internacionales, funcionando como un call center improvisado para dar respuesta inmediata a los potenciales compradores y así presionarles para cerrar la venta lo antes posible, evitando que comprobaran posibles defectos ocultos de los vehículos.
Una vez cerrada la operación de compraventa, entregaban contratos en los que figuraban empresas belgas como mediadoras —con las que no existía ninguna vinculación real— para ocultar sus identidades y eludir responsabilidades fiscales.
Durante los registros realizados el pasado 10 de julio en un domicilio de la localidad lucense de Vilalba y en una nave industrial del polígono de San Cibrao das Viñas (Ourense), se intervinieron 8.000 euros en efectivo, varios vehículos y numerosas joyas, parte de las cuales estaban ocultas en pañales.
Según fuentes policiales, el perjuicio económico causado a las víctimas supera los 900.000 euros, aunque la investigación sigue abierta y no se descarta que aparezcan nuevos afectados en distintas partes del país.
La organización tenía una estructura piramidal. En la cúspide se encontraba una sola persona encargada de recoger el dinero y moverlo entre diversas cuentas para dificultar su rastro. Bajo su mando actuaban miembros encargados de gestionar las ventas, los contratos y las cuentas bancarias.
A los detenidos se les imputan delitos de falsedad documental, estafa continuada, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. El operativo está coordinado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Vilalba (Lugo).