Desde la parroquia de Labrada, en el municipio lucense de Abadín, surge una iniciativa que da respuesta a una necesidad real y cotidiana: poder encontrar a alguien que preste un servicio, ayude con una tarea concreta o simplemente comparta una afición. Así nació Vacantes.gal, una plataforma web gratuita pensada para conectar ofertas y demandas de trabajo, colaboración y relaciones sociales, con un enfoque útil, humano y abierto.
La promotora del proyecto es Mónica Requeijo, ganadera e ingeniera de formación. Hace dos años, la muerte repentina de su padre la llevó a hacerse cargo de la granja familiar en Labrada, que hoy gestiona bajo el nombre As Vacas dos Meus. «Nese tránsito, no que pensaba: “hai que atendelas, imos ver se as vendemos…”, namoreime da profesión. Quedei con isto».
Vacantes.gal nació a raíz de una experiencia directa. «O que fixo saltar a lebre foi buscar persoal para facer uns peches, picar leña… Tamén estou reformando a casa dos meus avós, e atopar un fontaneiro ou un electricista é moi complicado». Aunque esa dificultad es especialmente visible en el rural —agravada por la despoblación que vacía y enveceje aldeas—, Mónica subraya que no es un problema exclusivo del campo. «En A Coruña tampouco é chamar e veñen no día. É unha problemática común en toda Galicia».
La plataforma acoge perfiles diversos, desde quienes buscan trabajo hasta quienes ponen a disposición su experiencia. Hay personas con oficios tradicionales, otras que se dedican a tareas domésticas, colaboran en labores del campo o brindan cuidados. «Hai de todo. Dende persoas que prestan servizos de manicura, ata xente que ten unha gandería e tamén se presta para ensilar. Ata un luthier».
También se contempla la dimensión social. Muchas personas, al regresar al rural, echan en falta lazos o espacios de relación. «Cando deixei a cidade para volver para a aldea, vinme un pouco perdida. As amizades que tiña aquí fixeran a súa vida fóra. A min gústame moito a música, e pensei que, por exemplo, estaría ben topar xente para facer un grupo ou tocar», enumera.
Desde el principio, Mónica quiso que la plataforma fuera flexible, sencilla y pensada para todas las edades. En las primeras semanas, amigos y conocidos participaron en la prueba inicial, ayudando a identificar fallos y a mejorar la experiencia. La web lleva apenas tres semanas en marcha, y la acogida está siendo muy positiva. «A avaliación inicial foi un éxito. Todo o mundo se implicou e deume ideas.». Una de esas colaboraciones marcó el primer paso del proyecto. «Un compañeiro informático gustoulle moito a idea e axudoume coa programación».
Vacantes.gal está abierta a sugerencias y propuestas de mejora. La propia web invita a escribir para proponer cambios o nuevas secciones, y algunas de las categorías actuales han nacido precisamente de las aportaciones de usuarios. El proyecto está financiado íntegramente por Mónica, sin subvenciones ni ayudas públicas, como parte de su compromiso personal con el desarrollo social y profesional del entorno. «De momento é só unha páxina, pero se vemos que funciona ben, igual pasa a ser unha aplicación. Todo está aberto».
La esencia del proyecto también queda reflejada en el mensaje de bienvenida de la plataforma: «Non é só unha web. É unha man tendida. Unha ferramenta feita con agarimo e moita esperanza para conectar persoas que precisamos axuda e persoas que buscan unha oportunidade para vivir e traballar en Galicia». Porque, como dice Mónica, Vacantes.gal no trata solo de cubrir tareas, sino de compartir para vivir mejor y construir un rural —y una Galicia— más conectada.